que
está internada desde el sábado
cuando
después de comer por tres días seguidos
pastel
de papas con la cebolla rehogada en manteca
la
bomba le explotó en el estómago por la madrugada
y
la trajeron de urgencia
hasta
el viejo hospital de morón
y
los médicos
luego
de diagnosticarle algo relacionado
con
la gastritis la vesícula los problemas que no habla
lo
que reniega con los clientes de su colchonería
la
dejaron internada y con suero
acostada
en la cama desde la que ahora
como
lo que siempre fue
una
muñequita de hermosos ojos verdes
me
cuenta en detalle sus peripecias de internada
hace
tres días con sus dos noches
es
mi mamá la que está
sentada
frente a mí y a ustedes
a
la que miro y dejo hablar
la
que se sienta en la cama alta del hospital
con
sus piernas colgando
con
esos pies pequeños
de
princesa sin reino
es
esta mamá
que
me decía
cuando
yo tenía cinco años
que
ella estaba cansada de la vida que llevaba
y
que soñaba con ser una hormiguita
o
una nube o un yuyo
de
esos que crecían a la orilla de la vía
allá
en mi barrio Merlo Gómez
es
la que me organizaba fiestas
de
cumpleaños que siempre terminaban
con
ella enojada y yo llorando
porque
en un arranque de posesiva pasión
yo
no soportaba que jugara
con
alguno de mis amigos
es
la mamá que me confesó
cuando
yo era adolescente
que
había hecho un trío con un novio
y
con otra mujer
es
la que nunca fue
a
un acto escolar a verme
es
la que se fue embarazada de mi hermana
con
su nueva pareja
y
que no me llevó con ella
porque
su nuevo novio no me soportaba
es
la mamá que me dijo
“siempre
tenés que preguntar
todo
lo que no entiendas”
es
la mamá que me dijo
que
no le importaba lo que yo fuera
cuando
a los quince años le confesé llorando
“estoy
enamorado de un pibe
creo
que soy homosexual”
y
me dijo que lo único que deseaba era
un
hijo buena persona
y
que eso ya sucedía
es
la que hacía gimnasia jazz
escuchando
true blue de madonna
con
una malla enteriza negra y polainas
y
unos rulos hermosos
de
una permanente que era mi orgullo
es
la mamá a la escuché mil veces
contar
todo lo que sentía
y
pensaba sobre sus hombres
y
es la que me preguntaba cuál
me
parecía a mí
que
más le convenía
es
la mamá que me despide en la puerta
de
la habitación 211
y
mientras me abraza me dice:
“pobrecito
mi negro
siempre
medio arisco
con
esta mamá que lo lastimó tanto
y
a la que todavía no perdona”
esta
mamá es esa mamá
y
al mismo tiempo
ya
no es