el
equipo de fútbol de argentina
llega
a una final mundialista después de no sé cuánto tiempo
y
mientras la gente grita y festeja y ríe y llora
afuera
por las calles
solo
en mi departamento pienso en Juan, mi papá
al
que no veo hace dos años
pero
con el que hablo cada tanto por teléfono
y
tengo el impulso de llamarlo para decirle
“seguro
estás contento”
y
contarle que me estaba acordando mientras escuchaba los festejos
de
cuando argentina ganó el mundial 86 y él me llevó
a
saludar a la gente que viajaba en el tren diésel que pasaba cerca de casa
ahí
en Merlo Gómez
y
la gente asomada por las ventanillas gritaba reía lloraba
y
llamarlo para escuchar que él me diga que recuerda
cuando
veíamos el mundial del 78 en el comedor de ladrillos rojos mal revocados
esos
ladrillos rojos que permitían ciertos trucos
como
el de poner en el baño la pasta dentífrica en alguno de sus agujeritos
sin
necesidad de botiquín ni nada
veíamos
el mundial en esa la única casa que compartimos
veíamos
el mundial en el televisor blanco y negro
y
escuchar que recuerda que yo con tres años y medio
gritaba
los goles sentado en sus rodillas
y
aunque mi viejo al que siempre llamé Juan es fanático de Boca Juniors
y
a mí el fútbol no me interesa
lo
llamo mientras en la calle la gente grita llora ríe y canta
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