miércoles, 11 de septiembre de 2013

Con un resplandor más intenso que la luz del día


“-¿Es preciso que… que atravesemos el fuego?- balbuceó Scarlett.
-Si nos damos prisa, no- repuso Rhett.”

Lo que el viento se llevó, Margaret Mitchell




Yo tengo que conseguir un caballo
no importa de qué tipo
ni su estado
y con él ir a buscarte
rescatarte
de la llegada del ejército yanqui.
Vos estarás aturdida asustada
y yo seré todo arrojo seguridad feroz coraje
nada me detendrá
y haré frente a todos los peligros
especialmente al mayor de todos ellos
tus deseos
tus caprichos.

Me contarás tu plan delirante para la huida
una ruta imposible y directa al fracaso
yo me opondré un poco al comienzo
pero luego cederé
siempre cedo
con vos no puedo hacer otra cosa
te diré que sí
que juntes todo
que te prepares para emprender el viaje
y saldré a la puerta
me subiré al pescante del carro
a esperarte junto al caballo viejo.

Saldrás de tu casa
más bella que nunca
tus ojos verdes
tu piel blanca de magnolia
tu boca roja como la tierra de Tara
y lámpara en mano
intentarás cerrar la puerta
y yo me reiré
me reiré de vos y tus gestos vanos
de nuestra inocencia
de los esfuerzos
por protegernos
de la invasión inevitable.

Ya con el carro en marcha
mirarás la calle detrás nuestro
mirarás la casa que estamos abandonando
la lámpara que quedará apoyada
en el pilarcito de entrada
y su tenue luz hará que te preguntes
por nosotros

pensarás en el círculo luminoso
casi perfecto que proyecta la lámpara
y en cómo ese resplandor nos rodea
alejando a la noche calurosa y a sus peligros
pero atrayendo a los insectos
que al comienzo son una molestia menor
y pasado un tiempo
se transforman en una plaga insoportable
y aunque la luz de la lámpara sigue siendo pura
queremos apagarla      que ya no nos descubra.

Los sacudones del camino
te sacarán de esos pensamientos
y llegará la parte más peligrosa
lo más difícil de nuestro viaje.
 
Te diré:
“Scarlett, debemos atravesar el fuego,
si queremos continuar
debemos arriesgarnos”.

Y vos me mirarás con esa inocencia
ese aleteo de pestañas,
que compré una y otra vez
a lo largo de todos estos años,
me mirarás y dirás:
“Tengo miedo, Rhett”

“No temas Scarlett, con estos fuertes brazos
en torno tuyo
no puede ocurrirte mal alguno

… porque si al meternos en las llamas ardemos
si el rojo el naranja el amarillo un poco de azul quizá
comienzan a tocarnos a consumirnos a cambiarnos
todo habrá sido por algo
las discusiones
las palabras pronunciadas miles de veces
ese gesto de pararte sobre mis pies cada vez que estamos abrazados
como si fueras una niña que precisa seguir otros pasos
tu voz que aún escucho
tu imagen que me visita en sueños
todo será purificado por las llamas
las llamas nos reducirán
al estado que anhelamos
a ser más simples
a ser vos y yo      a ser uno”

“¿Pero si ocurre lo contrario, Rhett?

¿Si al salir de este callejón ardiente
resulta que vos estás más terco que nunca
y yo y mis dudas te llevamos al paroxismo del hartazgo
y ya no soportás mi desorden
las inconstancias
la pose infantil que comienza a ser un poco patética?
¿Y si las llamas deciden dejar de lado el lugar común
de la purificación
y nos ensucian?
Cada uno de nuestros recuerdos chamuscados
manchados con hollín
negros en los bordes
despidiendo ese olor agrio dulce
de las cosas muertas quemándose.
¿Qué pasa Rhett si al salir de este fuego
vos no sos el mismo
y en un rapto de locura
decidís abandonar el viaje
dejarme en el camino
librada a mi propia suerte
con el argumento de que soy
la persona más egoísta del mundo
que no necesito a nadie que me proteja
que ¡ay del yanqui que se tope conmigo!?”

“Si eso pasa, amada Scarlett
habrá llegado el momento en esta película
en que aparezca un increíble atardecer technicolor
como esos atardeceres que nunca tendremos
y que buscaremos toda una vida

si eso pasa, Scarlett
con certero movimiento
tomándote del fino talle
te bajaré del carro
el polvo y los pedruscos llenarán tus zapatillas
lastimando tus pies
la oscuridad nos envolverá
y yo te tomaré entre mis brazos y te diré

te amo

te diré que el amor es como este cielo que se nos da y nos ampara
cielo falso de colores
maravilloso

te besaré
y mis labios morderán
recorrerán tu cuello
bajarán a tu escote
y vos corresponderás a mis besos
mi bigote acariciando tu piel blanca
mi boca teniendo el permiso
que nunca otra tuvo
ni tendrá

hasta que el guión te marque
el cambio repentino de humor
y te separes de mí
y me insultes
y la cachetada ponga justo final a la escena.
Yo
hombre al fin
me reiré y te diré alguna frase irónica
agarraré mis cosas
me pondré el sombrero
y sin mirar atrás
me iré por el camino polvoriento
que primero subirá en una pequeña lomita de tergopol
y luego bajará hacia el rojo 
de nuestro ocaso.

Y vos
me maldecirás
aborrecerás mi nombre
el haberme conocido
y apoyando tu frente
en el sudoroso viejo caballo
llorarás por todo lo injusto
que tiene la vida

y nos marca el destino”

“Lo que el viento se llevó” de Margaret Mitchell:
La novela gira en torno a la historia de una joven aristócrata sureña, Scarlett O'Hara, en la época de la Guerra de Secesión.
Scarlett está enamorada de Ashley Wilkes pero éste se casa con otra mujer.
Al mismo tiempo, Rhett Butler, un aventurero cínico y desvergonzado se enamora de ella.
La trama se desarrolla en medio de la lucha de Rhett por conquistarla y el empeño de Scarlett por negar su creciente atracción por él, obstinándose en seguir enamorada de Ashley.

Paralelamente Scarlett, su familia y el resto de los personajes de la novela deben hacer frente a las terribles consecuencias de la Guerra de Secesión y su etapa posterior.

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