miércoles, 24 de agosto de 2016

estamos en el balcón intentando volver a respirar


en el verano agobiante

y mientras cebo unos mates
vos me decís
“tengo ganas de baldear el piso”

tu rostro tranquilo
de pómulos guaraníes
hace que me pregunte
¿cómo puedo amarte
yo que hora a hora
me pierdo pensándolo todo?
¿cómo puedo amar
a un muchacho 
saludador de perros callejeros
que les habla
en ese lenguaje incomprensible
hecho de miradas,
idioma de pequeñas
caricias en el lomo?

y mientras me pierdo nuevamente
en mi eterno soliloquio
el agua que arrojás hacia el piso
el agua fresca y segura
se desliza hacia mí
toca mis pies
te miro
y comprendo

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